Los astrónomos están monitoreando de cerca el sistema estelar binario T Coronae Borealis (T CrB), anticipando una erupción de nova rara que podría hacerse visible desde la Tierra tan pronto como en 2025. Basados en cambios en el brillo, los científicos creen que la explosión anticipada podría ocurrir en cualquier momento.

T CrB, ubicado aproximadamente a 3,000 años luz de distancia en la constelación de Corona Borealis, consiste en un gigante rojo y una enana blanca que orbitan entre sí con un periodo de aproximadamente 228 días. El sistema está clasificado como una nova recurrente, conocida por su brillo periódico, con erupciones documentadas que ocurren aproximadamente cada 80 años. El último aumento documentado de brillo de T CrB ocurrió en 1946, con erupciones anteriores registradas en 1787 y 1866.

"Observaciones detalladas de la estrella han revelado variaciones que sugieren la inminente llegada de esta explosión tan esperada", dijo el astrónomo Franck Marchis del Instituto SETI y cofundador de Unistellar, según IFLScience. Los archivos medievales también mencionan una explosión de T CrB que data de 1217, aunque la información es menos precisa.

Los investigadores han propuesto fechas probables para los próximos eventos de nova de T CrB: 27 de marzo de 2025; 10 de noviembre de 2025; 25 de junio de 2026; y 8 de febrero de 2027. Sin embargo, estas fechas no son seguras debido a la naturaleza impredecible de las explosiones estelares. "Cuando se analizan más de cerca los datos de las erupciones pasadas, se descubre que los intervalos de tiempo de los eventos sucesivos son un múltiplo entero del período orbital", dijo el astrónomo Jean Schneider, según IFLScience.

Una nova ocurre cuando una estrella enana blanca acumula material de su gigante roja compañera, lo que desencadena una explosión termonuclear que hace que el sistema sea tan brillante que es visible a simple vista. Con el tiempo, la enana blanca en T CrB acumula material de la gigante roja, dando lugar a explosiones de nova periódicas. Los expertos indican que esto no es una supernova en el sentido clásico, es decir, una estrella que colapsa y muere, sino una erupción en la superficie generada por la acumulación de hidrógeno en la enana blanca. No se deben confundir las novas con las supernovas; en una supernova, la estrella explota, destruyendo la estrella original.

Cuando ocurre la explosión de T CrB, su brillo aumentará aproximadamente 1,500 veces, haciéndolo comparable a la estrella Polar, y permanecerá visible a simple vista durante varios días antes de desvanecerse.

El momento exacto de la explosión es una pregunta abierta, y la reacción termonuclear que causa la explosión es un fenómeno complejo aún mal comprendido. Mientras que algunos eventos astronómicos, como los eclipses solares, pueden predecirse con una precisión notable, las novas recurrentes a menudo escapan a cualquier intento de predicción. "La explosión podría incluso extenderse hasta 2027", señalaron los investigadores, enfatizando la dificultad de predecir tales fenómenos estelares.

Las observaciones de astrónomos profesionales y científicos ciudadanos hoy podrían ayudar a predecir futuras erupciones de T CrB y posiblemente de muchas otras novas recurrentes. Comprender los ciclos de estas novas podría ayudar a predecir no solo las explosiones de T CrB, sino también otros sistemas similares en nuestra galaxia. El estudio de estas novas recurrentes es crucial para que los científicos comprendan mejor los procesos físicos en funcionamiento en estos sistemas binarios. Monitorear novas enriquece nuestra comprensión de la dinámica de las estrellas moribundas y los mecanismos que rigen los sistemas binarios de estrellas.

Los observadores deben mirar hacia la constelación Corona Boreal en el cielo del este para localizar a T CrB cuando entre en erupción. Está posicionada sobre el horizonte noreste a medianoche y se puede observar antes en la segunda mitad del año. La explosión será visible desde el hemisferio norte, con mejores condiciones de observación en cielos despejados y lejos de la contaminación lumínica.

"Dará a los jóvenes la oportunidad de observar directamente el universo, formular sus propias preguntas y recopilar datos por sí mismos. Será una fuente de inspiración para los científicos del mañana", concluyó Rebekah Hounsell del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

El artículo fue escrito con la asistencia de un sistema de análisis de noticias.